miércoles, 24 de diciembre de 2008

ESTAS COSAS AQUÍ NO OCURREN

Persistente, me miró.
Pensé: "¡Ojalá también haga máquinas!".
Alto, grande; tendencia al sobrepeso.
Barba de varios días, y cierta nobleza de bruto.

Me siguió. Se acompasó a mi ritmo.
Encontradizo: máquinas, fuente, descansos.
Los siempre útiles espejos.
¡Y qué desesperación la suya!
Al perderme yo, semioculto en el suelo.
¡Y qué miradas invitándome!
Al marcharse, dejándolo, si cabe, aún más claro.

Confusión:
saunas llenas, cruces en duchas y pasillos, en el vestuarios.
Y clandestino semi-encuentro en las duchas,
por cristales traslúcidos encerrados.
Vislumbrando el cuerpo del otro, el pene ya erecto,
su cara sonriente y ansiosa;
entre los huecos de tanta postmodernidad y diseño.
Conversación entre las cortinas de agua,
susurros, citas.

La curiosa timidez, de regreso a las taquillas.
Material expuesto, a la venta casi,
tras una púdica toalla.

¡Ah! Fuera, una vez más:
"En mi casa no, tengo novio".
Lo que queda: un teléfono, un nombre.
La remota posibilidad de un encuentro.

domingo, 30 de noviembre de 2008

ES EL HUMOR SOCARRÓN

Tan guapo, no me parece.
No tanto como creen los demás (como piensa él mismo)
La edad comienza a ensañarse.
Ligeros toques, un esbozo.
El camino está marcado: ya pasó su mejor momento (aunque él no lo sepa)

Aún así …
Atractivo tiene. Su apariencia eslava,
la franca sonrisa, los ojos vibrantes.
El cuerpo todavía musculoso.
El aire de inocencia (¡qué bien los usa él!)
La cara aniñada, contrapunto al vicio.
El que refleja su cara, tal vez espejo del mío.
El placer en ella; el que me proporciona.

Socarrón humor: que se burla, que comparte (sabe él que le piensan simple)
Tan directo, sin tapujos o falsas vergüenzas.
Acostumbrado tal vez a hacer su capricho,
A conseguir trofeos cada noche, los mejores.

Su imagen persiste. Los dos jugamos.
Y aunque quiera creer lo contrario, terminaré cazado (¿uno más en su larga colección?).

domingo, 23 de noviembre de 2008

SUMERGIDOS EN EL VAPOR TURCO





Cambias de postura, exhibiéndote.
Sin embargo, la mirada bajas,
cuando con la mía te interrogo.

El calor, el vapor.
Mi sudor deslizándose sobre mi piel.
Mis preocupaciones, tajantes. Las prisas. Mi cansancio.

Teatral, con la pequeña toalla,
mas que cubrirme, mis atributos realzo.
Un gesto ambiguo, mientras me marcho.

A pesar de tu atractivo,
lo lamento:
no estoy interesado.

martes, 4 de noviembre de 2008

QUÉ NO HARÉ

Cosas que no haré:
Ver aquella película.
Ir a la exposición de Caixa Forum.
Peregrinar en la India.
Visitar aquella pequeña iglesia,
en mitad de lago Van perdida.
Cocinar para ti.
Dejarme comer a besos.
Trabajar en silencio, los sábados por la mañana;
mientras reposas, exhausto y desnudo, sobre mi cama.
Hablar contigo, cada noche.

Porque ya no estás.
Ni pude, ni supe retenerte.

domingo, 2 de noviembre de 2008

¿QUIRÚRGICO?

Rápido, que no indoloro.
Ni para él.
Ni para mí.

domingo, 7 de septiembre de 2008

¿HA SIDO UN ERROR?

Según por la puerta sales, el teléfono me pides.
Bien sabemos ambos que no nos llamaremos.
Si un error has sido, aún no lo sé.

Ayer distinto todo era.
Amigos, música, vino. Risas y juegos.
Entraste y sonriendo, me regalaste un nuevo nombre.
Y, ¿cómo no caer? Guapo y joven. Decidido.
Bien sabías lo que querías.
Ayer, tu trofeo fui yo.

Sentirme honrado, aun dudo.
Sin embargo, miraban todos con envidia.
Con lascivia casi, cuando mi pelo acariciabas.
Con incredulidad, tal vez:
cuando, casi, en la alfombra terminamos.
Invisibles casi fuimos.

Definitivamente, el gran premio a casa llevé.
Entonces, ¿por qué te sentí diferente?
Cuando sobre mi pecho te hallabas,
Cuando, finalmente, la boca me comías.
O al recorrer mi lengua
tu blanca, depilada; musculosa y tersa piel.

De la verdadera fuente de mi placer aun dudo.
¿Nuestro orgasmo simultáneo, esa doble eyaculación?
¿El preludio de tu marcha?

Por la mañana, desnudo, yacías en mi cama.
Tu orondo culo listo para ser penetrado.
Tu inocencia, fingida antes, finalmente revelada.
¿Qué hacer con tan magnífico manjar?
Cubrirlo. Un café y una ducha.
Para acallar mi deseo. Tal vez culpa.
O las múltiples, que renacen, cual hidras, por la mañana.

La puertas cierras. Y me pregunto:
¿Qué te diré si llamas?

martes, 26 de agosto de 2008

EL JOVEN ESPERA

¡Cómo te muestres, lánguido,
Mientras en avión esperas!

Inquieto en tu asiento, miras.
Dudas.

Y una vez más, tu pelo acaricias.
Suspiras.

Mientras, te imagino.

lunes, 19 de mayo de 2008

DOS HORAS EN SU PODER

Vuelvo, regreso al rincón secreto,
al placer sutil.
Curioso, sentir nuevamente, desvelado,
su mano en mi abdomen, su tacto en mi escroto.
El tenue contacto de su dorso contra mi pene.
Después de tantos hombres,
tantos que no recuerdo, éste domina mi noche de insomnio.
Me llama desde su silencio, desde su oscuridad.
Entiendo, solo ahora, las perdiciones,
las obcecaciones. La ciega pasión.

Y regreso, buscándolo,
intentando reconstruir el placer.
Extenderlo, aunque solo fuera por dos horas, antes de partir.

Mas, es otro. Un masajista distinto,
tal vez más atractivo. Más maduro.
Y quizás sospechando, no cierra completamente las cortinas.
Cubre, púdicamente, mis genitales deliberadamente semiexpuestos.

¡Ah! Pero qué placer inesperado:
la sublimación cuando imposible parecía.
De gloria, niveles nuevos.
Fuertes dedos que penetran, que casi desgarran mis carnes.
Un contacto íntimo, cercano.
Su peso sobre el mío.
El calor de sus genitales en mi trasero,
el milímetro de separación,
entre sus manos y los míos.
Y mi pene cobra vida. Lánguidamente tal vez,
Pareciera que bostezara.
Lentamente se desplaza sobre el fino, tenue lino.
Ya se yergue, sin despertar del todo.
Casi como velas de barco, con viento calmo.
Pero siempre dispuestas a conducirte a incógnitos lugares,
Inflamadas por una súbita tormenta.

Él nada dice, continua trabajando mi cuerpo.
Pero los toque casuales continúan.
Uno y otro. Sí y no.

Insistente, reiterativo, como las olas.
El contacto, siempre distinto,
Golpea, amasa, en los lugares mas inesperados.
En ciertos momentos, enlazados,
que extraño animal pareceríamos, de entrar alguien.

Nunca directo, confesaré que es más mi imaginación que su acción.
Pero me pierdo en su tacto,
Y el orgasmo, aunque distinto,
no por ello su valor pierde.

Se cumple mi tiempo. Se inclina, sonríe.
¿Complicidad? Tal vez un destello en sus ojos.




domingo, 18 de mayo de 2008

¿MASAJE TAILANDÉS?

Tan oriental, hasta los últimos detalles.
Maderas obscuras, camas bajas.
Cortinas que, suave, silenciosamente, la privacidad conceden.
El dulce olor a sándalo...

Lo primero, el fragante, estimulante lavado de pies.
Qué sustancias eran aquéllas nunca lo sabré.
Pero un buen comienzo fue.

El segundo acto, sugerente.
Por señas, que me quedara desnudo, me indicó.
Que cubriera mi cuerpo con semitransparente lino.

Me perdí luego en sus manos mientras masajeaba
mis pies, mis extremidades.
Tal vez sus manos se acercaron demasiado a zonas peligrosas;
Tal vez era necesario presionar aquí, allá. Cerca y lejos.
Pero sus manos recorrían insistentemente mis genitales,
o sus proximidades.
Tal vez fue mi invitación, involuntaria:
la incipiente erección.

Ciego, en aquella penumbra, sonreí.
Invitador.
Y deje que los contactos casuales
(manos, pies, muslos y nalgas)
se prolongasen.

Si, extraño masaje thai.
Otra pasta sobre el abdomen,
estimulante.
Pero fue mucho mas de esa zona la que recorrió.
Buscando puntos sensible se adentró:
en mis músculos, en su intersección;
mi pubis, mi entrepierna, mi perineo.

Una y otra vez, insistentemente.
En un baile circular, con ligeros toques.
Por supuesto, suficientes.
Ya en los inicios mi pene erecto mostraba
lo que sentía al respecto, yo.
Vuelta y otra más.
jamás tan sutilmente fui masturbado.
Un inocente, experto; profesional masaje.

Qué necesidad había de empezar con mi espalda, no entiendo.
Si tan solo se hubiera detenido en mi trasero,
en mi duro culo.
Si hubiera explorado puntos sensibles.
Yo, ciertamente, no me hubiera negado.

La hora se cumplió,
Una sonrisa, una genuflexión.
Desapareció tras una cortina.
Como en un irreal sueño.

Sí,
tan sutilmente, jamás fui masturbado.

jueves, 1 de mayo de 2008

LO QUE DEJASTE

Tu olor en mi piel ...

La frustración de no sentir tu peso sobre ella.

Eso es todo... lo que me dejaste.

sábado, 12 de abril de 2008

Tu voz

"Qué voz más bonita tienes",
al colgar el teléfono pensé.

... Y comencé a soñar ...

lunes, 7 de abril de 2008

TORMENTA

En este día tardío,
me apresto a buscar, una vez más, mi destino.
El crepúsculo se acerca, las sombras se aproximan.
Busco en la floresta otras sombras,
por el incipiente verdor ocultas.

Salvaje parque (de vegetación, de sentimiento. De pasiones),
al que la primavera me empuja.
Donde estallan ya curiosas flores:
condones y kleenex,
como retoños jalonan los rincones.
Allí me encamino,

Una vez más, empujado.
Por la memoria. Por el deseo.
La lujuria y …
Esa extraña inquietud nunca satisfecha.
Maldición o regalo divino.

Más la tormenta en mi camino interpuesta.
Una barrera. De agua o de juicio.
Mojadas las ganas, a casa regreso.


viernes, 28 de marzo de 2008

Camino de Londres

-Tiene atractivo
(y yo debo ser un putón).

Ya sentados en el avión,
de reojo nos miramos.
Se cruzan, permanecen ...
Interrogan y sugieren.

Amarrados en nuestros sitios,
tal vez ambos especulemos.
¿Sexo en el exiguo baño?
¿O tal vez en Heathrow.

No diré que no:
Soy fácil.
Él lo merece.

...

Sigue el juego.
¿Qué más podemos hacer?
Incomodo para mí, y más obvio.
Una fila detrás y un pasillo. Tan cerca.

Pensativo, el índice deslizo sobre mi boca.
Humedece sus labios, él.
¿O tal vez, cual gato al acecho, se relame?
Como resorte, muerdo yo los míos y,
sorprendido, la mirada bajo.

Sin embargo,
me expongo, me muestro
(yo y mi mercancía),
cuando a levantarme me fuerzan.

¡Qué fácil sería ser honesto, directo!
conversar en el pasillo. Citarnos.

Nuevamente, lo admito:
sus alicientes tiene, el sexo directo.
Definitivamente, sí.
Lo soy.

martes, 25 de marzo de 2008

POSTHAMMAM

Días después, solo puedo recordarte.
Cierro los ojos; veo tu perfil.
Contra la débil luz y el arco apuntado,
se recorta tu silueta:
tu semidesnudo cuerpo, la escasa y húmeda toalla.

Siento de nuevo tus manos:
sobre mi piel, dando forma a mis deseos.
Visión dual:
tumbado sobre la piedra caliente;
como espíritu que flota, de la escena disfrutando.

Me recreo en tu tacto, en tu masaje.
¡Si solo hubieras explorado algo más mis glúteos!
Hubieras sentido como, para ti,
me hubiera abierto.

Sin saberlo nadie,
entre la penumbra y el vaho.
Con suspiros apenas acallados,
en las bóvedas resonantes.
Con la vergüenza, el anhelo;
el miedo contenido.
La lujuria desatada.

Sí, me observaste en mi desnudez,
al irme.
Tal vez tu mano estuvo algo más de lo debido,
sobre la mía.
Pero, ¡qué pecado!,
qué oportunidad perdida.

lunes, 24 de marzo de 2008

TRASLUZ

¡Quien fuera luz, para atravesar ese puente!

Sobre la caliente piedra, al trasluz,
tu silueta contemplo.
La bóveda, la silueta del arco.
De tu cuerpo, el perfil.
La toalla húmeda, apenas cubriendo.

Sobre mi, cual coloso.
Tiras, tocas, empujas.
Todo mi cuerpo sientes;
en el hammam, durante el masaje.

Antes, durante la espera:
deseo, anhelo. Fantaseo.
Calculo. Como exponer mi cuerpo, calculo.

Ahora, con laxitud, dejo caer mi mano.
Mi brazo. Abandono una pierna.
Expongo mis nalgas.
¿Acaso no sabes lo que te ofrezco?

Mas tarde, me visto.
Desnudo mi cuerpo, te atisbo.
Sí, miras tú también:
Oportunidad perdida.

¿Quien no quiere, acaso,
ver satisfechos sus deseos?
Cuerpo, vapor; piedra y calor.
Sudor sobre sudor.
¿Amor?

El jengibre sobre mi piel,
Sólo esa sensación.
Lo que conmigo llevo.
Detrás, Khiva y su hammam.



domingo, 23 de marzo de 2008

IN THE TURKISH BATH

I wish he would be younger.
Dreams,
something else, I also wish.
A youth, perhaps an athlete.
In the humid fog, I dream.

Naked I was.
Had me, he could.
Offered. Naked.
Strong hands on my tense skin.
Pushed, against -for once- hot marble.
Between his flesh and the stone,
Me ... and my desire.

My legs, from toe to top
The gentle touch.
My penis, ready to go.
Just a little more.

Naked, and exposed.
Aroused, in my imagination.
How otherwise could be?
Abandoned, when he finished and left.

Excited, in need,
I hung around:
lying on the marble bench,
water, pouring: hot and cold.
At the arches, pretending to look.

You well know,
since you also search.
In the dark we do.

None. Not a look,
Or subtle touch, a small play.
Not a chance. No game.

And the mist hides,
under mythical effects,
unfulfilled dreams.
Almost I fainted.
Or was it, the hot vapor?

Looking behind, dreaming again,
I left, and wished again.



viernes, 8 de febrero de 2008

I would not know

Italian or russian,
I wouldn'd know.
So handsome ...


And yet, I'm not alone.
To talk to him,
How can I dare?

martes, 5 de febrero de 2008

Come back

C.P. Cavafy


Come back often and take hold of me,
sensation that I love come back and take hold of me.
When the body's memory awakens
and the old longing again moves into the blood,
when lips and skin remember
and hands feel as though they touch again.
Come back often, take hold of me in the night
when lips and skin remember ...

domingo, 27 de enero de 2008

SMELLING, BOTH

As much as I do,
Do you smell me?
My sweat, my skin.

As aroused as I am,
Are you?

Would we try?

miércoles, 23 de enero de 2008

Horas después

Horas después sigo pensando en él. En su sonrisa, tímida. En su piel, ligeramente tostada. El encantador acento francés, al hablar en español e inglés. En la fácil comunicación. En el deseo contenido, en la promesa insatisfecha.

Tal vez sea la fruta prohibida. La distancia, su compromiso. Los requerimientos de mi propia vida. Pero no puedo dejar de imaginar cómo será el contacto de su piel, a qué sabrá; cómo serán sus besos. Cómo me sentiría al morder su cuello, sobre su espalda.

Tal vez sea la necesidad de llevar una vida como la suya, con familia, con pareja, lejos de otro tipo de ataduras. O quizás es su juventud, las posibilidades que a mí ya comienzan a escapárseme.

"Mañana", nos dijimos al despedirnos, sabiendo que el mañana no existe, que las oportunidades se desvanecen con la despedida de la noche.

viernes, 18 de enero de 2008

De tu hija la mano me das



De tu hija la mano me das.
Apenas núbil,
Como Luna llena, clara su piel.
Mujer a penas, un muchacho podría ser.


Como tú años ha.
Imberbe, ágil, jovial.
Inquietos negros ojos,
que con sorpresa miraban. Con deseo.


Aquel día cabalgamos al oasis.
Ganaste tú. Solo una cabeza, tu caballo más veloz.
No terminó ahí, la competencia.
Jóvenes machos, de importantes clanes primogénitos
La carrera al ouad, los juegos con el agua.
En el barro, más lucha.
Cuerpo a cuerpo; forcejeo y violencia.
Y más violencia, al perder el control.


Mayor, tú me dominaste.
Impotente, bajo tu cuerpo me hallaba.
De rabia casi lloraba.
Y de vergüenza, al sentir mi sexo erecto.
Después, el tuyo sobre mío.
Fijamente me miraste.
Hablar no pude, tu boca sello la mía.
Nuestro despertar sexual juntos,
de nuestros cuerpos, verdadero descubrimientos.
La suavidad de tu piel, la arena en tus pechos.
El fino músculo, trazado sobre ligero hueso.
Tus jugosos labios, la inquieta lengua,
de indagar nunca saciada.
Y nuevamente tus ojos, buscando, riendo.


La luna y su noche nos pilló en el palmeral.
Abrazados, nos calentamos juntos,
por las capas cubiertos.
Por nuestro deseo, por la pasión.
Hasta el amanecer el amor hicimos.


Saciados nuestros deseos ocultos.
Aun así, avergonzado regresé yo.
Seguían sonriendo tus ojos.
Nunca más cabalgamos juntos al oasis.
Nuestra amistad perduró.


Te amé entonces, como lo hago ahora.
Y de tu hija la mano me cedes.
¿Pensarás esta noche en mí, cuando la tome?
¿Me recordarás sus suaves curvas las tuyas?
¿Tendrá su abrazo la calidez del tuyo?
¿Soñarás que es tu cuerpo el que en mi lecho, exhausto, descansa?


Algo sé que no me podrá dar.
Te amo ahora, como antaño lo hice.

miércoles, 9 de enero de 2008

TENÍA QUE SER ÉL

Tenía que ser él.

Único entre decenas,
alto y gallardo.
Tímido y, sin embargo …
clavó sus ojos en mí,
hasta la médula me estremecí.
Excitado, pensé en la evidencia.
Embarazosa para el resto,
Necesaria señal para él.

Reunión de trabajo, lejos de casa.
¿quién lo pensaría?
Que sería sacudido por encontradas emociones.

Unos minutos de charla bastaron.
Sí, lo era.
No, imposible.
Sin saberlo,
mis ojos se fijaron en mi próximo estudiante.

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