miércoles, 9 de enero de 2013

POSESIÓN EN DOUZ (45 MINUTOS)




Me pregunté qué haría allí:
     un fundamentalista dando un masaje.
El vaquero, tan actual,
     me hizo sospechar.
Me intrigó el contacto, tan persistente,
     en mi columna:
Arriba y abajo, trabajada;
     los tiempos divididos de desigual manera.
- no creo que el hueso sacro para tanto dé -
La delicadeza, firme y sin dudas,
con la que el primer centímetro de la toalla bajaste,
     saltó la primera alarma.
Pero tus manos se deslizaron por mi espalda,
amasando mis brazos, 
     para detenerse en mis manos.
¡Con qué intensidad se amoldaron las cuatro!
     Pienso que ese fue el verdadero disparo.
Y regresaste a mis vertebras.
     Y más abajo: segundo centímetro.
El tercero,
después de repetir el contacto de las manos,
     te lo concedí yo.

Pero hacía frío, no me entendiste sobre el aire.
Tiritando, casi con espasmos, no pude evitarlo:
     Todo se derrumbó.

Mas terminó siendo irrelevante.
     Volvimos a recrear la complicidad.
Sin nada que perder
- en ti la erección era también evidente -,
     me giré y me mostré.
Sin tiempo, cuchicheamos sobre el cómo:
     Otro masaje, o mi habitación.
Temeroso, sentenciaste: “imposible”.

LO mejor, el firme contacto de sus manos,
     ese sincero apretón.
De espaldas, sin verlo, solo así,
     fui todo suyo.


domingo, 6 de enero de 2013

HAMMAN EN MARRAKECH




Me parecía una duna al atardecer,
de fondo las nieves del Toubkal.
Así vi tu pezón destacando
en tu ondulado pectoral,
Piel negra sobre la blancura del azulejo.
Nunca vi tanto musculo, en carne tan prieta.

No eras el único en el hamman.
Ni estaba seguro yo.
Las escasas miradas, esquivas,
bien podrían ser curiosidad.
Luego me dirías que árabe y conservador
(un barbudo) me creíste.

Tan discreto que solo un accidente,
una casualidad, me hizo sonreírte.
Ni tu toalla sobre tu vientre,
ni espejos, ni mi desnudez expuesta.
No, ni siquiera el tiempo que se agota.

La caza, más excitante,
en las callejuelas de la medina.
Ora delante tú, ora retrasado yo.
Ni aun así seguro.

Casi perdida la partida,
directo viniste a mí.
-¿un café?
Lo mas difícil después,
dónde consumar.

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