martes, 29 de septiembre de 2009

LO QUE NO ME DEJAS DECIRTE

Lo que no me dejas decirte:
Que, a pesar de todo, te echo de menos.
Que sigo comparando mis vacías noches con aquéllas.
Los momentos contigo se desgranan,
gotean lentamente; una, otra vez.
Los revivo,
escenificando el encuentro, reconstruyendo los detalles.
Sin poder, sin querer evitarlo.
Sepultan a otros instantes, pasados y presentes.
Capas de pintura que se acumulan,
se agrietan.

... Hasta que toda la estructura termina por desmoronarse.

domingo, 27 de septiembre de 2009

HABLAMOS, YA TE LLAMARÉ

“Hablamos, ya te llamaré”.
Una y otra vez, frase trillada.

Tu cara de circunstancias, lo mejor.
Entro por la puerta,
contando a mis amigos mis historias:
llamadas no devueltas, cruces inesperados.
Y allí apareces tú, perplejo.

Excusas no pedidas, balbuceadas.
-¡Tío, solo fue un polvo!- pienso.
Rápido, en la noche del Orgullo,
ni siquiera memorable.

Así que nos saludamos,
durante unos minutos hablamos.
Me miras de reojo durante la fiesta,
tal vez calibrando si es factible,
si es posible otro revolcón.

Y nos despedimos, con la dichosa frase.
¡Incluso dudo que conserves mi número!

sábado, 26 de septiembre de 2009

COMO PRIMATES

El Sol deja las copas,
La luz de los árboles se aleja.
¡Ya no queda tiempo!
El crepúsculo se acerca.
Sombras, humanas e inanimadas,
Dominan el parque.

Mi tiempo se agota,
Mientras dudo, junto a la verja.
Como primate, abajo y arriba camino.
La fuerza, la decisión busco.
Consumido por la pasión, por la indecisión, me agoto.

Otras sombras, más primates oscilan.
Que nos golpeamos el pecho, me imagino.
Que nos excitamos.
Superamos el umbral del temor, del dolor.

Deseo, Vergüenza, poder:
todos vacilan en la balanza,
en la incertidumbre.

Abajo y arriba camino,
A otras siluetas observando.
Busco un amor, una sola noche... ¿será suficiente?
¿Demasiado?

En poco, todo dará igual.
Gatos pardos en la oscuridad.
¡Tiempo no queda!
¿Me atreveré, daré el paso?
A la negrura, voy.

Se acerca alguien, por más formas protegido.
Separados por un ancho abismo:
solo tres metros.
Merando de reojo, examinándonos.
Deseando, dudando.
La tensión crece, hasta que nos rompemos.
¿Cruzaremos juntos? ¿Huiremos?
Arrepentido, pase lo que pase, quedaremos.

lunes, 21 de septiembre de 2009

SOLSTICIO: FIN

Casi perfecto, milimétrico.
De principio al fin, todo el verano.
Desde una noche de Solsticio,
hasta este tormentoso Equinoccio.

Te deseo suerte …
Me ha encantado …
Eres único …

… pero …

Decir más, no es necesario.
Por esto hemos pasado antes, los dos.
Mejor quirúrgico, aséptico. Civilizado.

Que seas feliz …
Lo que buscas, lo encontrarás …
Nos veremos algún día …
-mi respuesta, comprensivo, sonriendo.

Esta noche, tal vez, mi puño morderé.
Acallaré mi llanto, con mi almohada lo sofocaré.

Sí, perfecto el círculo.
¿Acaso alguna vez tuve dudas del desenlace?

domingo, 20 de septiembre de 2009

COMO EN UNA CACHARRERÍA

En la cacharrería, como el elefante.
Interrumpir así, en tu vida.
Desorganizar todo; todo cambiar.

Que ni los fragmentos quedasen;
el pasado, con ellos, no puedas recomponer.
Sacudirte, y a mí, contigo.

jueves, 17 de septiembre de 2009

BELLO DURMIENTE EN EL AVE

Duermes ... y tu inocencia parece real.
Reposas tu cabeza sobre tu hombro,
oscila al compás del tren.

Yo, sin disimulo, te observo.
Tal vez espero que despiertes,
que abras los ojos y me sorprendas.
Que me sonrías, y comencemos:
una conversación, unas risas;
un polvo, tal vez mucho más.

Tu pelo tan corto,
pantalón y camiseta de moda,
tan ceñida que me da envidia.
Zapatillas rabiosamente actuales.
Y, sobre la mesa, una gorra de … ¡Dolce y Gabbana!

Moreno pero no tanto.
Musculado, lo suficiente.
Las manos no me gustan, sin embargo.
Barba rala que rasca,
que imagino ya sobre mi piel.

El contraste lo da tu cara.
El perfilado de tu boca,
con un mohín permanente.
Invitadora al beso,
a un latrocinio de sensaciones.

Reposas semi-tumbado, entre asientos.
Descansas, lánguido, con las piernas retorcidas.
Y alzas un brazo en tu sueño, sobre tu cabeza.
Composición en un cuadro, no demasiado masculino.
-¿Ingres y La Fuente?-.
Pero tan erótico, que pese a todo
te robaría ese ósculo.
Tus labios brevemente acariciaría.
Te dejaría durmiendo, soñando.
Pero con un nuevo personaje en él.
Y una sonrisa sobre tu cara.

martes, 15 de septiembre de 2009

SOLO DESEO

La culpa, ¿de quien quieres que sea?

¿Mía? Porque me lanzo, te beso.
Porque me abandono en tus brazos,
en tus términos ...

¿Tuya? Porque posas tu mano en mi cuello, invitadora.
Porque vives entre el sí y el no.
Y respondes a mis mensajes,
dejándome leer entre líneas ...

¿Solo deseo, o algo más profundo?
¡Qué importa!
Inmersos en él, celebrémoslo.

domingo, 13 de septiembre de 2009

DUETO EN CLAVE DE SMS

De besarte. Tenía ganas.
Probablemente es mejor así.
¿Incomodo? Espero que no.
Verte, sí, lo he disfrutado.

Sabes que yo también,
tu respuesta.
Un sms, tres minutos más tarde.
Totalmente de acuerdo conmigo:
El beso no dado, el disfrute de la compañía;
que es mejor dejarlo estar.

Y sin embargo, me aconsejas hacer locuras.
Deberíamos reflexionar menos, actuar más.

Pero no pensemos en eso, contesto.
Buen viaje, te deseo.
Y que sueñes con diablillos.

Si escribo algo, te lo enseñaré.
Entonces, sí, soñaré contigo -me retas.

Otro sms encadeno:
Que lamentaré no haberte besado.
Que entenderás, ahora;
de mi melancolía, en mis poemas, la razón.

Escríbelo, será precioso.
-eres, en verdad, el responsable.

Como tantas noches,
abrazado a la almohada, me despido.


(doblemente cobarde, soy.
Ya antes de no hacerlo,
Me arrepiento de dejarlo. De la derrota.)

sábado, 12 de septiembre de 2009

SI PUDIÉRAMOS

Retrospectivamente, ¿qué elegiríamos?
¿Un par de polvos, tal vez apasionados;
un encaprichamiento que, tan súbito como nos apresa,
nos abandona, lastrándonos?
Con dolor, tristeza. Amargura.

¿O la duradera amistada,
la lealtad firme, la confianza?
Reciprocidad sin requerirlo,
Las risas, el apoyo. La honestidad.

Si pudíeramos decidir,
¿dónde iríamos?

miércoles, 9 de septiembre de 2009

EN LA DISTANCIA

Te echo de menos, en la distancia.
En mitad de esta ciudad remota,
solitario en mi habitación.

Temiendo que, mañana, en la proximidad,
solo querré verte una vez más.

lunes, 7 de septiembre de 2009

300 FOTOS

… son las que te doy: 300 fotos,
vacaciones en las islas.

Y te pido, y prometes, algo a cambio:
un polvo, salvaje, rápido. Sucio.
Por cada una, un encuentro oscuro, casi anónimo.
Treinta minutos de sudor.
De saliva y semen,
repitiendo cabrón hasta la saciedad,
según te destrozo y me pides más.

Mañana, cuando sientas y recuerdes,
Me dirás si quieres pagar las restantes:
Solo quedan 299…

sábado, 5 de septiembre de 2009

EN LAS BRUMAS TIROLESAS

(Fragmento de mi diario de viaje)


Tal vez tú, como yo, hayas deseado que también te hubiera ocurrido algo semejante, años atrás.

Baño turco del hotel, in el Tirol … nada fuera de lo común, salvo la ausencia de gente. Solo en el baño turco, veo pasar por el área común a un chaval. De hecho, estoy a punto de llamarle la atención, porque la zona de las saunas está restringida para adultos y es nudista. Sin embargo, completamente agobiado por la humedad, salgo del hamman y me meto en la sauna más calienta, dejando que él siga con sus quehaceres. Después de todo, estoy en una etapa zen: busco la felicidad y que no inoportunen. Sin embargo, después de un chapuzón en el agua fría y otra incursión a otra sauna, herbal en este caso, él, también desnudo, me sigue.

No le hubiera echado yo más de 14, incluso menos, de no ser por su corpulencia. Normalmente en una sauna cierro los ojos, dejo que mi memoria se abra y me traiga cualquier recuerdo o que mi imaginación vuele. Me pierdo en la bruma, en el calor asfixiante. Un nirvana instantáneo. Pero en esta ocasión, al ver que él me mira con disimulo, pero de manera insistente, me quedo algo perplejo. Estoy a punto de marcharme, no quiero problemas. Pero al final inicio una conversación: quiero, sutilmente, decirle que no debe hacer eso. A los pocos instantes me comenta que es un pinche del hotel, que está realizando prácticas, y que solo tiene quince años. Muy agradable, sorprendentemente seguro en su actitud, en sus palabras. Y curioso, porque sigue mirando de soslayo mi cuerpo desnudo, mientras oculta una incipiente erección bajo la reducida toalla.

Después de un rato, después de pedirle permiso para hacerle una pregunta personal, la lanzo directa a bocajarro: "¿Eres gay?".

"No sé", me responde. "El amor es entre personas, y hay que probar todo en esta vida. ¿Y tú?"

Tan sincero, tan directo. ¡Ojalá todo fuera tan simple!

Seguimos hablando. De su pequeño pueblecito en las montañas con 250 habitantes, de su deseo de ser chef, de sus dudas y deseos. Me pregunta cómo es el sexo entre hombres, o si un beso es diferente cuando se da a un chico o a una chica. Se le ve aislado, además de con problemas de imagen: cara angelical, pero con cierta obesidad que seguro le convierten en el centro de las invectivas de sus compañeros del instituto.

En un momento dado le digo que no debe mirar de esa manera a un hombre adulto. Que es una invitación a algo más y que al ser menor de edad sería abrir la puerta a problemas (en realidad la edad de consentimiento en Austria es catorce años). Que algún día, tarde o temprano, conocerá a alguien. Un hombre, una mujer, con quien iniciar una relación entre iguales. Que no hay prisa, que todo tiene su momento y su tiempo. Él, rápido en sus contraataques verbales, responde con otra pregunta: "¿Qué hubiera hecho yo de tener él veinte años?". Le replico que, de ser así, después de hablar un rato y de quedarnos claro que nos atraíamos, tal vez le hubiera invitado a tomar algo, o a mi habitación. Pero que en realidad daba igual, porque su edad prohibía cualquier posibilidad (no quiero que lo interprete por un rechazo por su físico). Y que en cualquier caso, la diferencia de edad es excesiva. En ese momento se sorprende al saber que le triplico de largo la edad, cuando él pensaba que tenía apenas diez más que él. No puedo evitar sonreír, una vez más, al ver que es tan naïve.

Le digo que es muy valiente por comportarse de la manera que lo hace. Que a su edad yo era muy tímido y jamás me hubiera planteado hacer una cosa así. Disfrutando de algo tan natural como una sauna (hetero, en un hotel familiar), aproximarme a un desconocido, mayor, buscando su experiencia, su paraguas protector. Solo el hecho de abrirse a la posibilidad de ser gay, siendo de una aldea aislada de los Alpes austriacos, me parece digno de elogio. Jamás he tenido una conversación tan franca con alguien de su edad. Verdaderamente gratificante.

Alargamos tanto la conversación, que a punto estamos de deshidratarnos ambos. A los pocos minutos de marcharse, me doy cuenta que le podía haber ayudado algo más. Que le podía haber dado mi dirección de correo, decirle que podía escribirme cuando quisiera, comentarme sus dudas, sus experiencias. Sus miedos, para recibir algún consejo sobre cómo superarlos.

Si yo hubiera tenido alguien que me hubiera dado un empujón cuando tenía su edad, que hubiera resuelto alguna de mis dudas, mi vida hubiera dado un vuelco.
Me hubiera evitado un gran mar de dudas, de incertidumbres. Pánico al que dirán, a sufrir erecciones en situaciones comprometidas, a mis propios sentimientos y deseos. Me hubiera ahorrado una gran número de justificaciones inútiles.

Lo máximo que me aconteció, que sufrí mejor dicho, fue el encuentro con un sesentón de aspecto descuidado que me pregunto, a mis inocentes 12, si quería hacerle una paja. Yo salí corriendo, despavorido, rojo de vergüenza, preguntándome por qué a mí, qué había visto en mí. Pero también huí excitado. No es la mejor manera de dar un primer paso en el sexo entre hombres.

Así que le deseo lo mejor al chaval. Espero que al menos haya pasado por una experiencia útil, directa, sin tapujos, noble diría; que le habrá enseñado, espero, que no hay que avergonzarse de nada. Que sus sentimientos, sus deseos, son tan válidos como los de sus compañeros de clase. Y tal vez algún día, él también tenga la oportunidad de devolver el favor a algún chiquillo confundido.






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