“¿Pero no vienes?”,
dice, insistente, tu mirada.
Según dejas el andén,
te vuelves una, otra vez.
Te observo, yo, desde mi vagón.
(Tú y tu libro de francés.
Apretados junto a mí:
Línea 1. Escasas las miradas;
tu calor próximo. Tu estación.)
Mi cara de circunstancias lo dice todo.
Un gesto con mi reloj:
para juegos, no hay tiempo.
428. PALABRAS FAVORITAS.
Hace 4 años
No hay comentarios:
Publicar un comentario