Anoche soñé contigo, sí.
En mi saco,
entre el frío de la noche
y el calor de mi delirio,
soñé contigo.
Apretado contra el suelo.
Su dureza me recordaba
la fuerza de tu cuerpo.
Desperté,
y seguí soñando contigo.
432. LA REVOLUCIÓN DE LOS CLAVELES.
Hace 1 semana
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