jueves, 15 de septiembre de 2011

OJEANDO UNA DE ESAS REVISTAS

¿Qué haría yo?
Solo pero decidido.
Indudablemente sin restricciones:
Experiencia, a su edad, seguro que tiene.
Ojea una revista de las que se encuentran en cafés de ambiente:
Anuncios sugerentes locales,
planos de situación con los puntos más calientes.
Imágenes a página completa de saunas gais.
Una aventura completa:
desde un café junto a un desconocido,
pasando por sexo desinhibido en un cuarto oscuro.
Hasta el amanecer o hasta que el cuerpo (y la mente) no de mas de sí.

Porque a pesar de sus ya buen sobrepasados sesenta, deseo no falta.

Yo, al otro lado del pasillo del avión,
de Ryanair, ruidoso como siempre, que nos conduce
(a mi a mi novio, a el al soñado desenfreno de Chueca)
me pregunto sobre su intención:
¿completa su itinerario, su aventura,
o provoca sin disimulo?
¿Al guapo azafato portugués, o desearía ser yo el deseado?

Sonrió, y pienso que,
a mi también, me gustaría actuar así.
Desear y soñar hasta el final.
Aun más, apurar cada preciado momento: vivir.

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