Culpa, arrepentimiento … No.
Yo, tú. Él, el otro.
Te beso, entrelazados.
Retozamos y nos retorcemos;
girando, usando cualquier eje,
cualquier punto de apoyo.
Te penetro.
Y mientras a los ojos nos miramos,
me dices cualquier cosa:
demasiada experiencia para nada creer.
Y fugazmente pasa la última sombra
sobre mi cama, recién cambiadas las sábanas.
Algo más intenso, el recuerdo del otro.
Pero regreso al juego.
Después de todo, de la oca,
saltamos por el tablero.
428. PALABRAS FAVORITAS.
Hace 4 años
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