lunes, 6 de julio de 2009

LA PUERTA

Lentamente, la cierro.
Querría dar un portazo:
de rabia, frustración. De Pena.

Quemándome la mano sobre el pomo,
la encajo.
Echo un último vistazo a lo que,
apenas saboreado, pierdo.

Tres mil kilómetros son demasiados.
Mis maldiciones, insuficientes.

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