Se te acercó un dios, esta noche, y no supiste.
Desapercibido, te
dejaste abrazar.
Te susurró extrañas palabras,
te dejó conmovido.
Y se retiró, rumbo a las sombras,
abandonándote perplejo,
preguntándote sobre aquel extraño ser,
aquella presencia que se alejaba.